lunes, 29 de septiembre de 2008

Ángel del Olvido

En tu mirada perdida
se adivinaba el enigma,
el olvido de lo inmediato
encerrado en tu piel frágil,
ojos anonadados
tras el ir y venir
de tus seres,
los amados,
los por tu gris masa ignorados.
En tus medias sonrisas
llegadas del limbo,
volaban deseos
de últimas caricias,
de bríos de primavera
amenazados,
acechados por tu corazón
adormilado.
Aferrada a la medalla
de tu amor fallecido,
siempre fiel a su eternidad,
te acompañé de la mano en tu pecho
antes de entregarte a la más oscura,
a la inmortal derramada de luz.
Te enterró el llanto del cielo
vistiéndote con una estrella azulada.
Te recuerdo,
en los espacios vacíos de tu memoria,
nuestro ángel del olvido.

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