jueves, 3 de julio de 2008

I

Gateo entre las sábanas
tras el detalle de tu axila,
olfateo inclinado
tus párpados cerrados,
la fragancia de tu sueño.
Diviso tus pies dormidos,
el descanso de tus pasos,
tobillos perplejos
sostenidos en licra.
Busco tu mejilla
con el pulgar ensimismado,
hasta clavarlo
en la espina de tu pestaña.
Una gota de sangre
en mi almohada
te aleja,
mas me aferro a tu cintura
al cobijo de tu nuca.
Duermo en ti…
aunque solo,
dulce fantasía.